Hierba mala nunca muere

Tras compartir con vosotros un texto antiguo he podido darme cuenta que hace tiempo que no tengo la necesidad de escribir, esa musa se cansó de esperar su turno cada noche.

El hecho de tener redes sociales en las que la idea sintetizada es lo primordial está matando la creación de verdad. Lo directo y simple está ganando la batalla al intelecto, a la par que nos está alejando de la lectura de verdad y de lo que ciertamente nos enriquece. Es algo que pude escuchar de un presentador de televisión y radio bastante conocido, y creo que es totalmente cierto.

No sé si los que me seguíais habéis optado por abandonar vuestra creación y volcaros en vuestra vida ajetreada, de lo que solo trasluce unas líneas al día, esperando una respuesta inmediata por algo fácil y nimio como es contar tu vida tal cuál, sin florituras.

O por el contrario, aprovechando lo espacios para lo importante: la venta y la publicidad de uno mismo y lo que es.

En este campo me situaría, no estoy ajena a las críticas, este espacio lo he ido matando yo con mi tiempo no aprovechado, con mi blog con apariencia actual y multidisplinar para convertirse en una herramienta personal.

Me define como persona. Todos queremos ser muchas cosas a la vez, pero solo algunos tenemos la constancia de seguir ese camino. En mi caso, este lugar tuvo su punto álgido antes de la tormenta de ideas de las nuevas redes sociales, algo que atrapa tan fácil que no te das cuenta, a la par que el trabajo personal.

A pesar de ello, como haría con cualquiera, esto no es una despedida, sino un aviso, una oportunidad para acoger a esa musa de nuevo. Desapareció un espacio con ideas cortas que se ve encarnado en un lugar más actual. No perderé éste, aunque siga hablando hacia lectores mudos.



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