Camino a Santiago (3ª parte)
Algo que nos dio algo de yuyu es que estuviera todo tan tranquilo… nose, había salido el sol y ni un granjero viejo de estos típicos vimos por fuera, sólo muchos gatos.
No estuvimos mucho alli, seguimos el camino que se desviaba hacia el campo entre el pueblo…nos esperaba lo más hermoso de ese día. Y todo empezaba con una cuesta con trozos gigantes de piedras como suelo y arboleda a izquierda y derecha.
A derecha…
Y a izquierda. Era corto este trayecto tan mágico pero la parada merecía la pena para admirar todo esto.
Lástima que se viera maltratado por algunos patanes que en su anterior andadura por este paraje lo ensuciaran con bricks de tinto, botellas de agua, o paquetes de plástico de clinex. No pudimos aguantarlo y los llevamos para tirarlo en la próxima papelera.
Lástima que se viera maltratado por algunos patanes que en su anterior andadura por este paraje lo ensuciaran con bricks de tinto, botellas de agua, o paquetes de plástico de clinex. No pudimos aguantarlo y los llevamos para tirarlo en la próxima papelera.
Pasamos por un paraje mas abierto con troncos cortados para madera y de sopetón la zona verde daba paso a terreno más seco.
Entre los que se encontraban grandes árboles como éste.
Todo nuestro paisaje correspondía a un pasaje del señor de los anillos, todo para nosotros tenía su equivalente en ese reino escrito. Y tanto empezamos a fliparnos y hablar con el tema que en un momento perdimos el rumbo y nos encontramos entre montañas y antes dos caminos que no tenían señal… Nos habíamos perdido, pero aún era muy pronto para admitirlo… Así que Ale por un lado, yo por otro, anduvimos sin las mochilas, cada uno por un camino hasta que viéramos alguna señal de la flecha amarilla que nos solía guiar.
Finalmente decidimos ir por el que tanteé yo, puesto que viéndose a lo lejos Ponferrada (nuestro destino) y que el camino se dirigía hacia allí, pues era más lógico. No había señal aún así, pero resultaba increíble como la mínima mancha en una piedra nos podía confundir con una señal antigua cuando estábamos desesperados por encontrarla. Señalamos como pudimos con una piedra rayando sobre la que creímos ver la señal, para los siguientes que se perdieran…
Finalmente decidimos ir por el que tanteé yo, puesto que viéndose a lo lejos Ponferrada (nuestro destino) y que el camino se dirigía hacia allí, pues era más lógico. No había señal aún así, pero resultaba increíble como la mínima mancha en una piedra nos podía confundir con una señal antigua cuando estábamos desesperados por encontrarla. Señalamos como pudimos con una piedra rayando sobre la que creímos ver la señal, para los siguientes que se perdieran…
Y seguimos bajando y subiendo cuestas entre terreno montañoso, y seguimos encontrando bifurcaciones sin señal. Una de ellas no llevaba a un terreno menos andado y sin salida, la otra, que no se dirigía en principio hacia Ponferrada era la única opción a seguir.
Durante minutos que parecieron interminables esperamos la vuelta de Ale, que se adelanto por el camino que nos quedaba. Y resulto ser el correcto, se unía con el camino original que debíamos haber cogido no sabemos donde. Y esto se nos confirmo porque a lo lejos vimos dos caminantes, y nosotros chillándoles saludos y alegría por llegar a camino transitado. Les preguntamos cual habían cogido y dijeron que no se acordaban… y siguieron adelante, no nos sirvieron de ayuda pero lo importante es que ya nos habíamos encontrado xD
Lo malo es que tantas cuestas habían contribuido a empeorar el estado de las rodillas de mi hermana, y en vez de bajar al río tuvimos que ir a buscar un médico u hospital que pudiera mirarla.
Ahora todo se ve muy fácil, pero siendo el primer río que encontrábamos y la oportunidad de descansar allí un rato y entre acompañar a mi hermana…
Al final el médico del pueblo solo venia dos días a la semana, y hoy no teníamos suerte, así que nos conformamos con ir a la farmacia, que algo entenderían…donde le mandaron una crema para dolores musculares.
Y de nuevo otro dilema: como veis en la imagen la señal es doble, una por camino que lleva hasta el pueblo de allí al fondo, con ermitas y demás monumentos que ver… pero desviaba mucho del camino aunque llevara a Ponferrada. El otro era camino de carretera, directo a la ciudad, nos perderíamos otro pueblo pero no nos quedaríamos sin sitio en el albergue. Y puesto que el tiempo que habíamos perdido por la pérdida (culpa de nadie) y el ir más lentos por mi hermana lesionada no lo podíamos recuperar decidimos prescindir de otro elemento más y seguimos adelante por la carretera.
Corta siesta y a las 5.30 o así a visitar la ciudad.
Llegamos diez minutos antes de la hora y nos pusimos a cocinar rápidamente, puesto que media hora después era “el silencio”, en que apagaban las luces o se suponía que tenía que estar todo el mundo en su cuarto.
A diez minutos de esa hora más o menos empezamos a comer y nos vino un hombre diciendo que a la hora dicha el apagaba las luces, que nos diéramos prisa. Le dijimos que nos habíamos perdido por la ciudad y llegamos tarde y nos respondió que no era excusa, que también podíamos hacer un sacrificio y no cenar ese día.
Pero como se nota que no había hecho el camino… sin comer lo único que puedes esperar al día siguiente es un mareo o una bajada de tensión por no tener energía.
Comimos deprisa, asqueados por el trato en esa ciudad y deseando que el nuevo día fuese mejor.
Comentarios
besos!
Esperaré lo que sigue, las fotos excelentes y la narración igual!!
Besos.
Eso del albergue me parece exagerado; está bien tener disciplina y demás pero no hay que ser intolerantes con los demás. No podían encender velas?
Y encima nos dejan los platos para lavar a nosotros. Lavamos algunos pero nos hartamos y los dejamos. Encima de tontos, apaleados¬¬
asias por las visitas!^^