Hasta los mismos de lo políticamente correcto

 Lo están consiguiento. Estos hijos de p**a lo están consiguiendo.

O así al menos me siento yo que me comen las paredes de una casa que era un santuario.

Cuando estoy sola estoy triste y cuando estoy acompañada estoy ausente. Con tal de hacer el momento menos depresivo hablando de "la situación" como si de Lord Voldemort se tratase. Pero esa "sin nombre" se adueña del humor general y genera zombies que intentan seguir una rutina normal, acostumbrándose a lo que falta en sus vidas. "Ya llegará". Pero y cuando llegue, ¿qué será de nosotros? ¿Querremos volver a ella?

Y diréis, "al menos tú estás recibiendo el paro". Sí pero me tienen callada y "segura" en una casa vacía con gente que está viviendo lo que yo, cada vez más sola. Porque señores, las redes no acompañan, sino que aíslan más.

Estoy harta de sentirme así y de seguir las normas para quedarme como un vegetal mental pero muy bien de salud. Llega un momento que un poquito de riesgo da sal a la vida. Lo he vivido. Por qué tiendo a volver al sistema no problemático de seguir las directrices. ¿Para qué? ¿Para acabar totalmente cucu?

Estoy intentando ayudarme con un libro llamado "The Artist's Way". Y me deprime pensar que podría estar haciendo skydiving como primer deseo, pero no puedo. Y de todas maneras, si lo que quiero ahora es pisar un jodido pub. Sólo para ver a los cantantes o músicos que me hicieron quedarme en este país. Ni siquiera se trata de ponerme como una cuba y acabar potando en la calle.

Los pubs en este país eran el modo de ver a mucha gente de una vez mientras te daba igual si te tomabas dos o tres. A veces estaba bien. Y siguiendo las directrices de un gobierno que no habla por su país estamos viendo como prohibición tras prohibición uno cae en la apatía. Tal vez podemos encontrar razón para seguir un día, dos o tres. Pero no dura, te acabas acordando que no puedes ir con tu madre a tu otra casa en el condado, por si te pillan y te multan. O que las fiestas clandestinas que tienes con tu pequeño y reducido grupo de siempre se ven afectadas por un miedo constante a ser pillado por la policía.

De verdad, ¿no estáis hartos ya? A lo mejor tendría que haberme quedado en España, y aunque no me pagasen un colchón económico y tuviera tantos caminos en la Naturaleza, podría seguir yendo de bares "más protegida" pero quedando más o menos igual con la gente de mi ciudad.

¿Por qué no hemos luchado por una cultura de música y reuniones al calor del fuego? ¿Por esta seguridad? Pues señor, quédesela y viva para siempre deprimido. Porque para estar así me acabo matando de otra cosa si no es de un puñetero virus maricón, posiblemente inventado, o cualquier cosa que sea que nos está volviendo locos durante un año de parón.

No se puede detener una vida por algo que es menor que una peste, o plaga. Lo que sea. Y digo esto porque ahora la diferencia es el modo de expansión. Y no digo por el aire, ni siquiera me refiero al virus. Ese virus está entre nosotros, es nuestro móvil, el Internet que usamos para estar "conectados" y que al mismo tiempo nos desconecta de los más cercanos. Ese Internet que usado como arma de miedo y persuasión puede confurdirnos tanto hasta el punto de paralarizarnos.

Señores, estoy harta de vivir y no vivir del todo. Estoy harta de intentar encontrar excusas para mantenerme activa en un mundo, o país, que no está fomentando más que el comer, dormir... y a veces ni follar. Perdonad mi lenguaje pero aunque no suene muy en mis cabales, estoy más lúcida que nunca.

Necesitaba explotar y lo he hecho. ¿Quién me sigue?