Horizonte
Oscuros y empañados cristales impiden discernir lo que puedo hacer. La gran verdad es que este camino se antoja pedregoso y sin atreverme a bajar prefiero subir a cada poco para sopesar el paisaje. No se puede aventurar uno en la espesura sin esperar que te pisen. Dentro de unos años, esperando que lleguen dentro de mil, espero tener la buena suerte de encarrilarme hacia lo que admiro, hacia lo que ansío y no consigo discernir como conseguir. Mientras tanto disfrutaré de esta altura que me brinda el andamio, limpiare poco a poco la suciedad de cada posible oportunidad y me deleitaré en los detalles que pueda ir cosechando. Sin perder de vista en exceso el horizonte...