Las palabras que hablan por tí
De hombre a hombre Debes aprender a brillar en el punto ciego de sus ojos; aquél que aún no sabe si podrá llegar a verte como parte de su vida. También a vencer en cada guerra muda que pueda librar contra sí misma cuando las dudas carguen contra tí. Hazle recordar aquellas noches aún cosidas al Sol por las primeras sombras embrionarias, ténuemente cromadas por añiles marinados y negros celestiales, en esas horas en las que cuidabas de su piel entre tu aliento, ahogados por un placer sulfúrico que tronaba en vuestras almas... Sabes que ella no podría irse aunque quisiera, y que tú no podrías tomar un desvío lejos del camino trazado por sus curvas. Sólo tiene miedo de sí misma, a sentirse acorralada por su mente, a mirarse en el espejo y ver que ya no está, a que el futuro sea una baraja de cartas agrietadas. Tiene que saber que, si llegan malos tiempos, tú la escudarás entre tus labios; que la enseñarás a destellar sobre lo adverso con la fuerza explosiva de tu alma. Así que confía un p...